miércoles, 19 de enero de 2011

¡¡ANIMO MAEJTRO QUESTO’STÁ CHUPAO!!



CAPITULO- 1º          EL  TSUNAMI 


En una no muy lejana ciudad, llamada Villaverde del Camino, la crisis mundial, ayudada a su vez por la crisis nacional, desquiciada y acrecentada por la ineficacia de la gestión de un gobierno local sin una preparación lógica, una gran catástrofe está a punto de producirse, a consecuencia de lo anteriormente descrito.


¡Se ha producido!...es un terrible “tsunami” para la penosa economía de muchos de sus habitantes que sufren en sus carnes dicha crisis.


Un barco chiquito es el que tiene que hacer frente a la tan temida riada. Pero, ¡ojo! ¿Navega a contracorriente?... ¡Sí, seguro que sí, no existe la menor duda posible!. Su capitán, viejo suboficial de antaño, ahora nuevo en estas comprometidas lides, no lo nota o no lo quiere notar, y, por tanto, desconoce por pura lógica el rumbo a seguir. Dirige la nave como bien puede, hacia donde la fuerza del agua y sus denodados remeros la empujan a golpes de timbal, dando bandazos de un lado hacia otro y tocando con su quilla en todos los obstáculos que el fondo le pone a su paso. Un lecho cargado de obras inacabadas y gran hacinamiento de materiales inservibles que se amontonan en su enlodado y embravecido fondo.


“MA”, ascendido a capitán por la gracia de los dioses, con una patente de corso a su disposición, se ha hecho acompañar de sus mejores lugartenientes y “consejeros”, que a su vez fueron los principales adláteres del antiguo y todo-poderoso gran capitán, con mando único y dictatorial, “JC”. Todos ellos de una evidenciada competencia, comprobada valía y de un gran crédito político como se puede demostrar por su extraordinario legado.


¿Maneja adecuadamente la embarcación? Bueno… cada maestrillo tiene su libretilla. Y es mucho decir, digo yo… Pero sigamos…


Uno de los principales puntales de su tripulación, marinera, creo que hasta de cuota y todo lo demás, apodada “la Garza Real”, persona de formación cultural notable, empuña con firmeza un pequeño remo con el ánimo de echar una mano. Pero ignora cómo utilizarlo, además se marea en cuanto arquea sus brazos para impulsarlo, por lo que todo lo que hace es empeorar la situación y seguridad de la barcaza. Creo que maneja el remo al revés que lo hacen todos, es decir, la parte pequeña y redonda del cabo hacia el agua, la plana de la pala en sus manos. Eso lo dice todo de su grandiosa e instruida “formación” marinera. << Que Dios nos coja “confesaos” y arrepentidos a la vez >>, piensan algunos de sus compañeros de travesía, cuando la ven abrazada y dispuesta al remo: reporteros de mesana, concejales de cubierta, hombres de confianza de remiendos (supuestamente), periodistas de limpieza, grumetes de alta gama, suboficiales de palo, bultos de voto seguro, fotógrafos empedernidos y otros tipos de pájaros que, viniendo al cuento, prefiero imaginarlos pero no nombrarlos…


El marino-concejal de primera clase, ayudante de remo también, de “O” y “M” (creo que quiere decir Obras y Mentiras) no sabe cómo hacer para que el barquichuelo, en su arriesgada y doliente aventura, no vaya tocando, ni siquiera rozando constantemente con todas las barreras arquitectónicas de algunas obras recientes. Para ello, viendo a impotentes y afligidos comerciantes en las puertas de sus negocios de los sufridos malecones, incluso a medio acabar, intenta lanzarles una sarta de cuentos de finalización de las obras para ver si así, por lo menos, su remordimiento se hace menos pesado. Pero el efecto es al contrario… ¿Por qué será?


Sin embargo, nadie se está fijando en unos minúsculos puntos negros que, de vez en cuando, afloran a la superficie e intentan respirar y que les escuche el capitán, y que al ser golpeados, una y otra vez, por los remos, vuelven a hundirse en las frías y turbias aguas que rodean a la embarcación. Estos hechos acontecen constantemente a lo largo de todo el trayecto. Algunas veces, es un murmullo sordo y medio apagado por el fragor de las embravecidas aguas, se les entiende como lastimeros gritos de socorro, de una ayuda necesitada, pero sus peticiones no son escuchadas por ninguno de los miembros de la práctica, atenta y lucrativa marinería, todos ellos ensimismados en otras tareas sociales secundarias, que no sirven para nada, y a las que son tan adictos para favorecer sus ansias de buenos vientos para la recolección de votos en su navegar.


¡Ah!, no os he dicho que el navío porta un desmesurado mascarón de proa que representa a un gran pájaro negro, de barba demoníaca y sonrisa perversa (se parece a alguien, pero no caigo ahora…), posado sobre una estilizada daga de harakiri y un pulcro tallado de madera noble donde se puede leer: “Dios bendiga cada rincón de esta… cosa”. Seguro que se lo pusieron por aquello del mal agüero, para hacer que la suerte los acompañara siempre a todos en su larguísima odisea democrática.


De pronto, en uno de los empellones de la nave, algo o alguien emerge a la superficie con los brazos extendidos, como un Cristo en súplica, hacia el siniestro mascarón de avanzadilla, buscando unas manos, supuestamente amigas, que le ayuden a salir y no ahogarse en las confusas y enfangadas aguas a las que el tsunami le empujó, junto a otros muchos del paisanaje local. Todos le obvian, nadie le tiende esa mano salvadora a este comerciante villaverdeño, el cual ante la falta de socorro y ese apoyo tan necesitado por parte de la tripulación, vuelve a hundirse a los pocos segundos, no sin antes prometerles su voto y el de toda su familia para las próximas elecciones.


De un pequeño y coqueto camarote asciende a cubierta una figura menuda, rubia, de radiante semblante y muy “progre”. Es otra de las caricaturas figuradas de esta historia. No es tan importante, porque parece que no vive en este mundo “aselvado” en el que intenta sobrevivir. No es una figura totalmente real, más bien parece la de una casa de muñecas. Tiene una dimensión aquí y otra en el puerto de Huelva, como si perteneciera a Matrix. Creo, también, que ignora tantas cosas del interior del barco, que parece estar secuestrada… ¿o no? Yo creía que seres así no existían en el pueblo, pero, claro está, para eso existe la realidad virtual. Es el espíritu de la ignorancia… ¿o, también, me equivoco?. ¡Nunca debí salir del paraíso, piensa para sí!


La larga travesía agota mucho, cada vez más. La fuerza de los remeros y del resto de la tripulación mengua. Ya hace varios días que los diminutos puntos negros no asoman, han desaparecido de la superficie, ¿Qué habrá pasado con ellos? ¿Qué serán esas tildes insignificantes, ignorados por el patrón y el resto de la alta marinería…? La respuesta la hallaron en una pequeñísima y salvadora elevación de tierra que ha servido hasta el momento de refugio y abrigo a las intrascendentes manchitas negras, -trabajadores-, de la casta del ayuntamiento de Villaverde, con nombres propios y apellidos, todos relacionados en el capítulo 1 del presupuesto municipal ordinario, y a comerciantes asfixiados por la sequía de las arcas municipales, de las cuales también dependen, y que están viendo peligrar sus vidas familiares y la subsistencia de sus empresas, debido al impago del consistorio.


Todos, todos ellos, los libres y no los esclavos, portan grandes pancartas donde se puede leer claramente, sin hacer falta anteojos:”EN MAYO NOS VEREMOS”


<quejicas>> dijo el patrón del navío a sus compinches, dejando por un momento de hablar por el moderno Ipad, fruto de una de las prebendas propias del puesto.


Cercana la Navidad, muy avanzado el devenir de las cosas cotidianas de estas fiestas, viendo el capitán del buque algo más calmadas, aparentemente, las aguas, hace ademán de atracar en la plaza, en el rutilante y cómodo pantalán junto al ayuntamiento, donde siempre han atracado ó maniobrado a sus anchas. Pero algo no vá bien, la tarea está a un tris de echar por la borda a todos los ocupantes. << ¿Qué pasa? >> preguntó el oficial mayor. <> contesta uno de los pelotillas, uno de los muchos que atiborran la cubierta del insigne buque. Un último y gran tropiezo impide que el esplendoroso camino concluya con éxito. Ante los atónitos ojos de todos los presentes y paseantes, aparece un fabuloso animal mitológico con grandes tentáculos, una inmensa cabeza y hecho de lona blanca como la misma nieve… Lo que faltaba para rizar el rizo: ¡una innecesaria pista de patinaje! Eso mismo es lo que necesita la ensenada para torcer un atraque perfecto. Después de varias y violentas peripecias, el bajel puede arriar la bandera y tender sus amarras. A trompicuescos han conseguido, por fin, llegar a una orilla, sino salvadora…lo parece.


Una vez desembarcan todos: oficiales, alta y baja marinería, grumetes y remeros, desmontan el preciado mascarón de proa y lo introducen en una furgoneta blanca con el nombre oficial de la compañía, aparcada en la fachada principal del consistorio, reservada y vigilada por los sufridos y uniformados estibadores portuarios, para tal fin.


Se observa la ausencia en el puente de uno de los concejales más activos en el desempeño de actividades no muy “comunes”. El camaleónico contramaestre a lo mejor está en la cofa, o haciendo equilibrio en el bauprés. Un quisquilla en peligro de extinción… Se ha escondido, ha abandonado a su capitán… y también a su patrón y no ha querido participar en la salvación de los muebles. Pasa “deportivamente” del barco y de sus remeros. ¡Este ínclito marino, procedente de otra patria y otra bandera, es un ángel caído del lado de babor! Y así se escribe la carta náutica en la bitácora de esta indigente nave… ¿Llegará un nuevo motor que sustituya a las viejas y remendadas velas? ¡Mayo, bendito mayo…!


¡Plish…plash! ¡Fuera historietas!


Mis preguntas son las siguientes:

¿HA MEJORADO EN ALGO EL APARCAMIENTO DEL PARQUE LA CIRCULACIÓN EN EL CENTRO DE LA CIUDAD, DURANTE LA NAVIDAD?

¿ALGUIEN LO HA NOTADO?

¿LLEGARÁ ALGUNA VEZ EL BARQUITO DE “MA” A SU DESTINO?

¿SABE “MA” CUAL ES SU DESTINO?

¿CANTARÁ LA GALLINA ANTES DE LAS ELECCIONES?

¿SALDRÁ ALGÚN QUE OTRO CAPITÁN A LA PALESTRA?

¿LLEGARÁ ALGUNA VEZ EL BARCO DE LA ALTERNANCIA DEMOCRÁTICA AL PUERTO?

¿VEREMOS EL DESDOBLE?

¿SE VERÁN LAS CUENTAS EN NÚMEROS NEGROS?

¿ ¿ ¿ ¿ ¿ ¿ ¿ ¿ ¿ ¿ ¿ ? ? ? ? ? ? ? ? ? ? ? ? ? ?

Desgraciadamente, y por ahora, lo único seguro es que el anterior alcalde-capitán, “JC”, es el único que ha sabido llegar a BUEN PUERTO, y ponerse a salvo… Pero “JC” no nos dejes aquí “tus” basuras… ¡Por favor, llévatelas contigo!



La Gamba Arrocera

 
 
SE VERÁN MAS CAPÍTULOS ESPERO QUE ESTÉIS ATENTOS.

1 comentario:

Anónimo dijo...

este barco se junde compañero,pero nos ajogaremos los demás mientras se salvan los culpables.
DIMITE ALCALDE Y COMPAÑIA