Aumenta el paro y también la dependencia. Ya son 38.000 los hogares en los que ninguno de sus miembros son activos (hace un año eran 37.100). La consecuencia de todo ello (además de la impotencia personal y el drama que se vive en las familias) es que poco a poco se va adquiriendo un nivel de improductividad que, además de mermar los ingresos en la Seguridad Social, genera un gasto público extra. Pero además, el alto nivel de desempleo y la dificultad para la reinserción están provocando un incremento de los parados de larga duración, que son precisamente -junto a los que han estado sujetos a contratos temporales- los que van agotando el derecho a cobrar las prestaciones y la capacidad para generar nuevos derechos para ingresar algún tipo de ayuda.
FOTO HUELVA INFORMACIÓN
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